Cuando el Inspector Norberto Outes se hizo cargo, la investigación del asesino serial tomó un giro sustancial, imprimiéndole una nueva visión y dinámica.
Varios testimonios y pistas, que no habían sido tenidos en cuenta antes, ahora tomaban nueva relevancia, gracias a su ya conocida actitud detallista y minuciosa
El inspector, al finalizar la primer semana ya tenía cerrada una hipótesis firme y en claro la motivación de los homicidios.
En medio de una reflexión, solitaria y profunda y luego de su recorrida diaria por la esquinas de la ciudad; pidiendo documentos a quienes tenían rostro de haber cometido, de estar en plena comisión o de en algún momento no muy lejano, cometer un delito; se encaminó rumbo a la comisaría.
Se producía intensa discusión en su interior, por un lado primaba su instinto de conservación y por otro lado el cumplir con el deber y, para por fin terminar con el caso, escribir una minuciosa y detallada confesión.
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