Se sabía viento se notaba
incorpóreo, se hacía presente en todas partes pero anhelaba la contención
limitante de un cuerpo.
Se conoce impulso y busca rozar tus
mejillas cuando vas a la terraza a colgar la ropa, pero, soles confundir una caricia
con una ráfaga.
Ayer desafiando una vez más al pronóstico
del tiempo, con el mismo esfuerzo con el que mecía ramas y hojas, entró todo
cuan viento es en una camisa colgada.
-la embolsó el viento- dijiste
La camisa con movimientos algo
torpes comenzó a balancear los brazos hasta que logró desligarse de la presión
de los broches.
Sus manos de brisa pudieron, al fin,
acariciar tus mejillas con detenimiento y suavidad, pero el mismo no pudo con
su ser viento y en un arranque arremolinado y presagiando lluvia se
lanzó en un vuelo fuerte a moderado del Sector Oeste.
Aunque nadie te lo crea sé que
sentiste las manos del viento y que quisiste expresarle tus sentimientos,
miedos y esperanzas. Se que se agolparon las palabras intentando salir todas
juntas y que ellas fueron llevadas por él.
Encontraste la camisa a dos cuadras,
vacía de viento y mojada por la lluvia. La dejaste ahí.
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