martes, enero 31, 2012

EL MAGO CAPRIA

"Cuenta la historia de un mago/ Que un día en su bosque encantado lloró/ Porque a pesar de su magia/
No había podido encontrar el amor" El Hada y el Mago. (Rata Blanca)
EL MAGO CAPRIA

La imagen que se acerca despacio es la de una princesa caminando sola y triste por el bosque, desorientada y desanimada, tropezándose con cada rama,su único recuerdo es lo que le decía su madre ”nena sos un accidente a punto de suceder”;y siempre,sin falta, sucedía.

Salió a caminar para olvidar y como muchos de nuestros propósitos y proyectos, la parte más penosa es cuando se concretan en realidad, y así fue, la princesa de ojos tristes se olvidó realmente de todo, su nombre, dónde quedaba el castillo en el que vivía, cómo había salido el clásico del domingo pasado y cuál era la situación que quería olvidar.

Vemos no muy lejos de ese lugar pero unos años antes, a un joven sin casa donde estar ni familia, para quien el sentido de su vida pasaba por el hecho de aprender magia , y para lograr su propósito se dirigió al Normal 10, el portero de la escuela detuvo su rauda carrera hacia las aulas y con un gesto adusto, seco, le mostró la multitud de aspirantes que se agolpaba en la puerta, entonces el portero tuvo que manejar la situación demostrando que esta no era una escuela más, mirando a cada uno a los ojos y señalándolos con vos firme pero no agresiva se impuso y dijo las palabras mágicas: “vo si, vo no. “

Los que quedaron afuera pasaron por una breve prueba escrita, Capria; el joven de nuestra historia; fue el primero en terminar, por lo tanto el primero en ser corregido y el primero en ser reprobado.

A continuación un fragmento de la prueba con las respuestas de Capria con sus respuestas:
1 P: La complejidad del universo y lo terrible de los actos humanos, a qué nos lleva?
R: al optimismo
2 P: ¿Se puede obtener todo en la vida?
R: Si, desde ya,
P: ¿Porqué quiere aprender magia ?
R: Para animar fiestas infantiles

La muchacha ,volvemos a ella y con ella a la actualidad ,continuaba con su confusión , caminando en círculos, alrededor de un árbol .

Fueron muchos los meses, y las pruebas en las que Capria falló, seguía sin poder entrar al normal 10, acampó en la calle y miraba con la ñata contra el muro, ya que se dio la nariz contra el muro invisible que rodea al campo de deportes de la escuela.
Miraba como entrenaba el equipo de fútbol porque se acercaba un torneo Inter- Escuelas de magia, en uno de esos días de pasiva expectación la pelota cruza allende el muro y cuando está a punto de tocar el suelo, Capria le arma una cuna con su pie izquierdo y luego comienza a hacer jueguito, esto durante varios minutos frente al asombro de los futuros magos; viendo la situación el gran maestro calculó cada una de las palabras que iba a decir hasta que le preguntó :
-Cómo te llamás píbe?
-Capria y quiero ser mago – le contestó mientras le da de bolea con la pierna izquierda y la pelota se eleva por encima del muro y luego lentamente se posaba en el suelo con una caída muy suave y cuidada como desmayo histérico
-Y mirá , al menos tenés una zurda mágica, entrá nomás

El equipo jugaba un campeonato y hacía tres años seguidos que terminaba segundo detrás de Harry Potter college.
De esta manera pudo cumplir su sueño de entrar a la escuela de Magia "Normal 10".

El tiempo empecinado en no asentarse en ningún lugar, siguió pasando y en un momento de ese paso ininterrumpido , el gran maestro llamó a Capria, en esos años el equipo de fútbol no salió campeón y el joven de nuestra historia no lograba realizar un conjuro como la gente.

El gran maestro estuvo intentando ya de varias forma deshacerse del aprendiz con una moneda en su mano que por más lento que la cerrara ,el aspirante a mago nunca la podía agarrar, así que esta vez se sentó frente de el ,extendió los puños cerrados y le dijo,
-si adivinás en qué mano está la moneda, quiere decir que ya estás listo para enfrentar el mundo y convertirte en un mago de tierras lejanas, lo más lejanas posible .
Capria eligió una, no importa cuál ya que el maestro tenía una moneda en cada mano.

Estamos en la actualidad ,y vemos a la princesa de ojos tristes y olvido total ,dar vueltas en círculos alrededor de un árbol, mientras de sus ojos se fugaban lágrimas, cuando Capria la encontró no pudo resistir esa imagen.
- Siempre me pone triste ver a una mujer llorar – dijo y el árbol cayó, no quería que pasara eso, pero resultó bien, ya que pudo llamar la atención de la muchacha.
Capria juntó del bosque los elementos necesarios, los revolvió mientras pronunciaba las palabras mágicas y de esta manera buscó realizar un hechizo para que la princesa dejara de llorar, hubo humo y luego en su mano apareció un pañuelo, si bien no buscaba ese resultado, fue útil.
-Gracias igual- dijo la princesa mientras se sonaba la nariz con el pañuelo mágico.

Intentó que apareciera una alianza con su varita, pero lo que logró fue una fuerza política que se le quebró en las manos.

Intentó hacer aparecer un perro que con su olfato los guíe hasta el castillo de la muchacha, pero le salió un jugador de fútbol que le pegó una patada en la rodilla y se fue gritando
-no lo toqué ,fui a la pelota...

Pasadas las horas afinó la puntería; y eso que no era goleador; tomó hojas del árbol caído, realizó ,luego de varios y fallidos intentos, un hechizo por el cual él también se olvidó de todo lo anterior, si bien no era ese el efecto buscado... el efecto buscado ya era un olvido.
Luego, sin recordar que era un pésimo mago se fue a un viaje por el tiempo mágico que no dura igual que el tiempo real, no sabría decir en cuanto es la diferencia, pero quedémonos con saber que no duran lo mismo un lunes de magia que el lunes que pasó.

Luego de horas reales, regresó, fatigado y andrajoso diciendo que había buscado la flor de inigualable belleza en la cima de las montañas más altas, en lo valles más hermosos, en el océano , en la cancha de Nueva Chicago y en cada rincón de este universo hasta que por fin la halló, y le extendió un paquete envuelto para regalo, ella comenzó a abrirlo y con el trascurrir de los minutos, él, sin perder el tono romántico y aún dando muestras del cansancio físico le dijo, mientras le quitaba de sus manos el regalo:
-dejá, dejá que lo abro yo.

Pasados otros varios minutos cuando entre los dos pudieron abrir el paquete, apareció frente a los ojos de la princesa, una cajita que al abrirla se apreciaba un espejo que reflejaba su rostro con ojos tristes
-ahí está la flor inigualable en belleza- dijo el
Se hizo de noche , decidieron descansar debajo de unos árboles, y promediando la tardecita del otro día, cuando ella entendió lo que El mago le quiso decir con lo del espejito, ahí nomás, se enamoró.

En un acto no necesariamente guiado por la magia pero si hijo de la fe,comenzaron a andar su camino ,sin saber todavía, si lo harían rumbo hacia el hogar que él nunca tuvo ,o hacia el castillo del que ella no recordaba su ubicación.

Pero igual fueron felices, por lo menos hasta que tuvimos noticias.